Katana 76 - Capítulo 2. El impacto.
Lo siento... Lo siento mucho... Ojalá hubiera otra opción... Siento hacerte pasar por esto...
De un salto, el herido joven despertó de su pesadilla, permitiéndose unos pocos segundos para asimilar la realidad. Una grusa manta separaba su cuerpo del suelo, y una fina lo separaba a este del resto del mundo. Vendas se enredaban y entrelazaban harmonicamente por todo su cuerpo, y bajo ellas sentía a su cuerpo regenerarse lentamente. Parece que estaba a salvo.
Tras esto su atención pasó a sus alrededores, una pequeña habitación con una una cálida alfombra cubriendo todo el suelo y una mesa baja circular con una tetera encima en el centro.
A la derecha de donde antes reposaba su cabeza se encontraba la ropa rota que llevaba antes de perder el conocimiento, a pesar de su estado alguien se había tomado la molestia de lavar y doblarlas cuidadosamente. Encima de la ropa estaban su bolsa y... Su katana...
No estaba solo, mas allá de sus pertenencias una chica unos años más joven que el meditaba sentada en el suelo frente a la mesa, sujetando un vaso humeante y apoyada contra la pared con una grusa manta protegiendo su espalda.
"Oh, al fin te has despertado. Intentabas cruzar la frontera, ¿no?"
"... ¿Que?"
"Perdón, estaba pensando en mis cosas... has tardado bastante poco, aún no ha nacido la luz."
"¿Y no tienes sueño?"
"Estoy cansada, pero no tengo sueño..."
Las palabras que habia oido de la chica mientras luchaba por no perder el conocimiento inundaron su mente. No estaba seguro de si debería confiar en sus memorias de ese momento, pero tampoco podía ignorarlo. Esta chica quería matar a alguien, y posiblemente estuviera pensando en ello ahora mismo.
"... Me salvaste tu ¿verdad? Muchas gracias..."
"... ¿Recuerdas lo que pasó antes?"
"Si, lo recuerdo todo hasta el punto en el que me dejaste caer de cabeza contra el suelo."
"¡Oye eso fue por traerte lo antes posible! ¿¡Que manera es esa de hablarle a tu salvadora!?"
Los ánimos de la chica subieron un poco después de quejarse, pero no duró mucho. La chica se llevó la mano a su pierna estirada, el joven asumía acertadamente que bajo su grueso pantalón se encontraban las mismas vendas que recorrían su cuerpo, y no podía evitar sentirse culpable de haberla hecho cargar con el en ese estado.
"Gracias por salvarme."
"¿Otra vez? Mira, tampoco es que pudiera dejarte morir allí... ¿Cómo te encuentras?"
"Lo he pasado peor, ¿Cómo está tu pierna?"
"Espera, ¿¡como que has estado peor!? ¿Eres un soldado o algo así?"
"No, no pertenezco a ningún bando"
"Vale, vale... No hace falta que seas tan seco... Mi pierna está bien por cierto, solo tengo que reposar un día o dos."
"Siento mucho que estés así por mi..."
"¡No seas pesado, ya te he dicho que no te podía dejar ahí con un pie en el otro lado! Pero~... Si tanto quieres recompensarme podrías satisfacer mis necesidad de respondiendo a unas preguntillas de nada~."
El joven se llevó las manos a la cara tras presenciar lo que quiera que fuera la pose de la chica.
"No te prometo respuestas, pero adelante, pregunta lo que quieras."
"Primero: ¿Por qué tienes tantos candados en la katana? Vale que no quieras que salga de su vaina sin querer pero tiene que ser un coñazo quitarlos antes de pelear"
"Aaah, directa a donde duele... Veras, los candados no son por seguridad, son para sellar su poder, los puso mi enemigo en ultima batalla... Aunque quizás sea mejor así..."
La chica inclinó la cabeza como muestra de curiosidad, pero la mirada del joven hacia su arma dejo claro que no iba a elaborar mas sobre ese ultimo comentario tan intenso.
"Vale, segunda pregunta: ¿Cómo llegaste aquí? Al cruzar el camino de ida no te vi, y nadie sin un buen motivo cruzaría el camino por la noche... ¿Entraste desde el campo de batalla?"
"¿Y cual era tu motivo para cruzar el camino de noche?"
"Lo siento pero aquí soy yo la que hace las preguntas."
"... Si, impacté en el campo de batalla y entré desde el al camino."
La chica se encogió de hombros y alzó la mano que no sujetaba su vaso mientras sonreía de manera irritante.
"Si es que a quien se le ocurre impactar en otro mundo en vez de usar los portales... Si acabaste en un campo de batalla da gracias que esas fueran todas tus heridas."
"No, si estas heridas son de antes del impacto."
La chica se quedó mirándole, esperando que el joven comenzara a reírse de la tontearía que acababa de decir, después de todo, ¿Qué clase de idiota navegaría por el Kosmos en ese estado?
"... Claro, voy yo y me lo creo. Mira, si no quieres responder no lo hagas y ya."
Por algún motivo que escapaba al entendimiento de la chica, su incredulidad dejó incredulo al joven.
"¿¡Que pasa!? ¿¡De verdad esperabas que me tragara esa historia!?"
"Pues si."
La chica soltó un suspiro y prosiguió con su interrogatorio.
"Bueno, tercera pregunta: ¿Qué llevas en esa bolsa?"
"Gemas muy valiosas. ¿Si tanta curiosidad tenias por qué no miraste tu misma?"
"Porque no soy una ladrona quizás."
Había una pregunta que la chica había evitado hacer pensando que seguramente no obtendría respuesta, pero viendo que llevaba ya una racha de 3 decidió probar suerte
"Vale, Cuarta pre-"
"Perdona, ¿te importa que me eche un vaso de eso antes?" Dijo el joven apuntando hacia la tetera que había encima de la mesa.
"¿Esto? Es para una herida que me hice en la boca, bébete el mío si quieres, sabe a mierda"
"Cuida ese lenguaje."
"¡Te recuerdo que estás en deuda conmigo, ni se te ocurra sermonearme!"
"Perdón, vieja costumbre..."
La chica dejó su vaso en la mesa y se levantó apoyándose en ella.
"Oh es verdad, me dijo que tenías que consumir mucho líquido, ahora vengo"
"Espera, tienes que reposar la pierna, puedo ir yo"
La chica, haciendo caso omiso de sus palabras, siguió su curso hacia la puerta.
"Si bueno, esa es tu opinión, yo al menos solo tengo que reposar una pierna y no el cuerpo entero." La chica giro su mirada hacia él y sacó su lengua de manera burlona antes de salir por la puerta.
Feliziel me dijo que me asegurarse de que se hidratara lo suficiente cuando recuperara la consciencia, voy a llevarle un cristal de agua lleno para que no tenga que levantarse.
"¡Ya he vuelto! ¿Me echabas de menos? Aquí tienes un vaso y... ¡Oye oye! ¿¡Que te crees que haces de pie!?"
Al entrar la chica se encontró con su paciente siendo bastante impaciente y ajustando su demacrada ropa.
"Tengo prisa. Oh, gracias por el agua."
"Ni gracias ni ostias tu te sientas y reposas."
"No necesito-" El joven paró en seco la frase, como si se hubiera mordido la lengua, pero antes de que la chica aprovechara esta oportunidad continuó.
"Mira, gracias por preocuparte, gracias por haberme salvado antes, gracias por haberme curado y~" -Con un movimiento rápido cogió el vaso de la bandeja de la distraída joven- "¡Oye!" -y se lo bebió de un trago.- "Gracias por el agua, pero tengo que irme."
"B-Bueno vale... pero al menos respóndeme a la ultima pregunta..."
Al joven no le hacia gracia que la chica intentara darle pena, pero se sentia culpable y decidió ceder.
"Venga, tu ganas..."
"Si no te hiciste esas herida en el campo de batalla, ¿Quién te las hizo?"
"..."
"... ¿Y bien?"
"Estas heridas me las hicieron mis amigos..."
"Que clase de-" El sonido de 3 gemas doradas chocando contra la bandeja donde traía el vaso interrumpió a la chica.
"Toma, como pago por cuidarme."
"¿Eh? ¿Que? Ah, no, no hace falta que me- ¡Oye, esto es muchísimo dinero! Lo siento, no puedo aceptarlo."
"Coge a todos tus seres queridos y salid de este mundo, id a uno sin zonas de guerra. El más cercano que acepte demonios esta a tres portañes a traves de el de tu aldea, pide direcciones cada vez que cruces un portal y no salgas de los caminos."
"E-Espera, espera-"
"Llevad solo lo indispensable, con las gemas que te he dado deberías poder cubrir los gastos del viaje y comenzar una nueva vida en otro lugar sin problemas, guárdalas bien pero no juntas, y recuerda cambiarlas por gemas mas manejables de una en una, en mundos diferentes si puede se-"
"¡Que te esperes coño!"
La chica se tomó unos segundos antes de seguir hablando, y el joven, tras ver el estres que le habia causado, decidió no romper el silencio.
"¿De que estás hablando? No entiendo nada..."
El joven habló de manera mas calmada para evitar estresar a la chica mas de lo necesario.
"En ceustión de dias los portales de mundos con zonas de guerra, como éste, dejarán de ser seguros. Necesitas sali-"
"Imposible, ninguna de las facciones puede romper el pacto de no agresión en zonas seguras"
"El peligro no es una facción, soldados de élite de todas las facciones desertaron ayer y planean tomar control de todos los portales de mundos en guerra y forzar un tratado de paz, cada uno de ellos es capaz de arrasar con aldeas cómo está en cuestión de segundos."
"... Vaya, parece que el golpe que te diste en la cabeza cuando me tropecé es más grave de lo que pensaba..."
La chica se encogió de hombros mientras ponía una expresión que estaba a medio camino entre una de tedio y una sonrisa.
"... No digas después que no te he avisado."
El joven dio la espalda a la chica y sin una palabra comenzó a poner fin a su estancia en esa casa, pero la chica lo agarró del brazo su chaqueta, casi arrancando un trozo de esta.
"A ver... ¿Si lo que quieren es paz por qué iba yo a estar en peligro?"
"Porque aunque no sean una facción de por sí siguen siendo desertores y criminales, cada facción puede perseguirlos incluso en zonas seguras como esta sin romper el pacto, y si la cosa se tuerce tu vida es un precio que están dispuestos a pagar por la paz."
La expresión de la chica adquirió un poco de seriedad por unos instantes, tras los cuales su habitual mal genio volvió a tomar el control.
"¿Formas parte de ese grupo?"
"No."
El joven respondió instantáneamente y con determinación.
"¿Y fueron ellos los que te dejaron así entonces?"
"... Si."
"¿¡Y por qué coño te enfrentas a un grupo de super soldados si eran tus amigos!?"
Al oír está frase los ojos del joven comenzaron a irradiar sus sentimientos hacia el mundo exterior de una manera tan intensa que podría ser visible incluso desde su espalda.
"Venganza."
La chica cerró los ojos, y tras un profundo suspiro comenzó a sonreír ligeramente.
"Aunque todo esto sea verdad no podemos irnos de aquí, gracias por preocuparte, si tienes cosas que hacer coge tus gemas y vete, y si necesitas un techo bajo el que dormir no dudes en venir aquí."
Cuando los ojos de la chica conectaron con los del joven pudo notar la decepción que estas palabras suponían para el.
"... Quédatelas por si cambias de idea, o por si quieres usarlas como pisapapeles, haz lo que veas con ellos."
"Gracias..."
Tras unos segundos, como si el joven esperara que la chica cambiará de idea, volteó su cabeza de vuelta a la puerta y siguió andando.
"Oye..."
La chica le dirigió la palabra mientras cruzaba la puerta.
"Ese es el baño..."
Tras unos segundos de silenció, y quizas por lo inesperado de la situación, las manos del joven aterrizaron en su cara y comenzo a reirse de una manera que la chica nunca habría esperado.
"Debería haber preguntado... Puede que por esta puerta no se salga de la casa, pero desde luego mis oportunidades de hacerme el guay si que han salido por aquí..."
"Anda sígueme, te llevo a la salida."
La chica dejó la bandeja con el vaso vacío y el cristal de agua en la mesa y salió por la puerta por dónde había entrado mientras indicaba al joven con la mano que le siguiera.
"Ah, una ultima pregunta, ¿Cómo te llamas?"
El joven comenzó a rasgar su blanca cabellera, como si buscará ahí dentro la respuesta.
"Puedes llamarme Kiran o Kilan, como te sea más cómodo"
"Vaya, pensaba que los nombres de los dragones blancos empezaban por 'Shi' o algo así"
"Eso es solo el primer apellido... Espera, ¿cómo has sabido..?"
"Feliziel me lo dijo cuando terminó de curarte, es una ángel muy lista. Oye, deberías pasarte a darle las gracias cuando se vuelva a despertar, vive aquí al lado ¡Ni se te ocurra irte sin darle las gracias! ¿¡Entendido!?"
Al oír el nombre del ángel que había curado sus heridas sus ojos se abrieron y sus pasos cesaron.
"... ¿Cómo te llamas?..."
"Se parece un poco al tuyo, me llamo Rikan, pero a mí no puedes llamarme Likan, suena bastante mal..."
"Joder..."
Rikan se dio la vuelta al darse cuenta de que su huésped se había parado por completo.
"¿Pasa algo? Si quieres ir al baño ya sabes por donde es."
Las sospechas que tanto había evitado confirmar resultaron ser ciertas. Kilan maldijo para sus adentros al destino que lo había traído frente a la persona que había venido a buscar sin darle tiempo a prepararse, aunque sabía que ninguna cantidad de tiempo podía prepararlo para esto. Los sentimientos que había ahogado estas últimas horas por el bien de su supervivencia volvieron de golpe, y cada herida de su cuerpo comenzaron a arder, acompañadas de recuerdos de quienes las causaron.
"Rikan yo... Lo siento mucho pero... No sé cómo decirte esto..."
"¿Que pasa? ¿Te da pena despedirte de mi?"
Kilan tragó saliva.
"Rikan... Tu hermano ha muerto."
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