Katana 76 - Capitulo 4. Fiesta

Kilan, sentado al borde de la plaza, vigilaba el portal que había en el centro de esta con su sellada katana en mano.

Vendrá, estoy seguro.

Podía escuchar las voces de la plaza claramente, y todas hablaban de el.

"¿Pero que le pasa a ese? Lleva ahí sentado horas, que mal rollo..."
"Oye... ¿Y si es familia de Shicoria? ¿Le echamos antes de que nos de problemas el también?"
"Quizás ha venido persiguiéndolo... No me extrañaría que su propia familia quisiera muerto a ese bastardo..."
"¿Le decimos que ya se ha largado? a lo mejor así nos lo quitamos de encima."
"Pa que, mejor no acercársele, si tampoco es que haga na."

Las voces empezaron a cambiar de tema y de volumen a medida que se acercaba cierta persona.
"Ey." La chica se sentó a su lado, aún con restos de lo que había estado haciendo estas ultimas horas en la cara.

"Parece que ya se ha enterado todo el mundo..."
"Bueno, lo gritaste bastante fuerte y muy temprano..."
"Todo el mundo me mira desde lejos con esas putas caras de pena."
"Yo también te dejaría tu espacio si te viera por esa cara por la calle. Deberías volver a casa y descansar mientras puedas. Ya se lo he explicado todo a tu madre por cierto, y ha sido bastante mas comprensiva que tú."
"No quiero volver a descansar nunca mas."

La chica agarró con fuerza sus rodillas mientras su vista arrasaba con el espacio entre ella y el centro de la plaza.

"¿No deberías mantener la pierna recta?"
"Dijiste que buscabas venganza, ¿es por mi hermano?"
Kilan no contestó, no porque no pudiera, sino porque no le gustaba hacia donde se dirigía la conversación.
"Dijiste que luchaste contra tus amigos por venganza, ¿Lo mataron ellos?"
"No, eran sus amigos también, nunca habrían hecho eso."
"Entonces por qué luchaste contra ellos."

...Silencio...

"¡DIME QUIEN MATÓ A MI HERMANO!"
Rikan se levantó mientras pedía sus respuestas. Su grito había matado todo el ruido de la plaza y dirigido todas las miradas que aún no la miraban hacia ella. Tras unos segundos los murmullos de la plaza reanudaron, y Rikan pateó a Kilan en la cara, el cual no intentó defenderse, antes de volver a sentarse.

"Voy contigo."
"No, tu te vas con tu madre."
"¡Me merezco vengarme mas que tu!"
"Rikan, esto no va sobre quien tiene mas o menos derecho de vengar a tu hermano, si vienes conmigo vas a estar en peligro, y no me apetece tener que decirle a Mana que he visto morir a otro de sus hijos... Ahora mas que nunca tu madre te necesita a su lado, céntrate en los que aún te quedan."
"¿¡Y por qué no te centras tu en los que te quedan eh!?"
"Porque lo perdí todo cuando perdí a tu hermano."
"Vaya..."

Tras calmarse un poco la imagen de su madre enterándose de su muerte se creó en su mente, y podía sentir la angustia que su madre imaginaria estaba sintiendo en su pecho... Y es verdad que el viaje sería peligroso, ya había visto como habían dejado a Kilan, y incluso en ese estado podía aguantar una patada con todas sus fuerzas en la cara sin inmutarse...

La fuerza de su agarre se fue poco a poco, dejando solo un abrazo a sus piernas. Miró a su compañero mientras reposaba su cabeza encima de sus rodillas.

"¿Quieres... venir con nosotras?"
"Solo os pondría en peligro, pero gracias por la oferta."
"Si tu lo dices... ¿Por qué sigues aquí entonces? ¿Nos vas a escoltar?"
"No os hace falta, mientras salgáis hoy deberíais llegar sin problemas."
"¿Entonces..?"
"Estoy esperando a alguien... se que vendrá aquí primero."
"¿Aquí? ¿Quien?"

Apoyándose en su katana, Kilan se levantó mirando hacia el cielo, y Rikan, sin entender bien que pasaba lo imitó.

"Toma, devuélvele esto a Feliziel y dale las gracias de mi parte"
Kilan se quitó las vendas que cubrían su cuerpo y las puso encima de los brazos de Rikan
"E-Espera espera, ¿ya te vas? ¿No esperabas a alguien?"
"Las que os vais sois vosotras, en cuanto tengas la oportunidad ve a tu casa y dile a tu madre que es la hora, ella sabe que hacer."
"¿Pero qué-?"

Un rayo de luz morada impactando contra el centro de la plaza interrumpió la frase de Rikan, y en la plataforma apareció un hombre de la misma edad que Kilan, vestido en prendas blancas con rebordes y adornos dorados.

"Amikael..."
Una sonrisa se dibujó en la cara del ángel en el momento en el que sus ojos hicieron contacto con los de Kilan.
"Shikata... Sabia que te encontraría aquí, pero no esperaba que me hubieras preparado una fiesta sorpresa. ¡DIIVIRTÁMONOS UN POCO PUES, ANTES DE QUE TE ARRANQUE LA CABEZA, TRAIDOR DE MIERDA!"

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