Katana 76 - Capitulo 7. Determinación

'Los candados son para sellarla... Quizás sea mejor así...'                                

         'Venganza...'                                        'Estas heridas me las hicieron mis amigos...'

'Sacrificó su vida para que yo pudiera vivir...'                             'Rikan yo... Lo siento...'            

                                    'Lo perdí todo cuando perdí a tu hermano...'


Joder, soy idiota...

Rikan despertó de un salto, asustando a la atenta ángel que la cuidaba.

"¿Donde está mi espada?"
"¿Eh? E-Espera ¿Qué vas..?"
"Ah, aquí, perfecto. Bueno adiós."

Rikan comenzó a correr hacia el bosque una vez mas, ignorando por completo las suplicas de la ángel.

"¡Rikan espera! *Jadeos* ¡Tu madre..!"
"¡Me importa una escama lo que piense mi madre!"

La ángel, que no conseguía seguirle el ritmo, no podía sino sorprenderse ante la velocidad que la chica podía alcanzar incluso con una pierna en mal estado... Quizás la próxima vez que sufriera una lesión debería dejar que se le curase sola, a ver si así aprendía la importancia de mantener el reposo...

"Rikan... Por... favor..."

Los débiles jadeos del ángel no llegaban ni a sus propios oídos, y justo cuando la chica estaba a punto de salir de la aldea lo que el ángel intentaba advertirle pasó.

"¿¡QUÉEE!?"

Una esfera translucida rodeó toda la aldea, y el borde resultó ser justo delante de su nariz. La chica, incapaz de reducir su masa, Intentó como pudo reducir su velocidad para minimizar la fuerza del impacto, plantó los pies en el suelo, comenzó a girar los brazos, inclinó su cuerpo entero hacia atrás, por desgracia, todo esto solo le sirvió para perder su balance y acabar comiéndose el suelo después de haber traspasado la barrera sin problemas.

Feliziel llegó unos segundos después, intentando que no se le saliera el alma por la boca.

"¿Pero como... como has..?"

La ángel acercó cuidadosamente su mano a la barrera, y sin lugar a dudas estaba ahí.

"¿Has pasado antes de que se formara la barrera?"
"Que va, la he atravesado..."

Rikan hizo como el ángel, pero ella atravesó la barrera como si de aire se tratara.

"Oye, ¿Qué es eso que está brillando en tu cinturón?"
"¿Que?"

Rikan miró apresuradamente en su cinturón, y en efecto algo brillaba en el, eran tres gemas doradas haciendo un triangulo al rededor de su cintura.

"¿Estas no son..? Sera capullo, metiéndome cosas en el cinturón sin decírmelo ¿Qué clase de chica se cree que soy?"
"¿No son esas gemas las mismas que ha usado tu madre para crear la barrera?"
"Sinceramente no tenia ni idea ni de que esta barrera había sido cosa de mi madre, pero seguramente."
"...¡Ah! Quiero probar una cosa, ¿Puedes pasar la mano por la barrera?"

Rikan accedió sin pensarlo ni un segundo, pero en cuanto su mano atravesó la barrera la ángel se aferró a el y tiró con todas sus fuerzas, apoyando las piernas contra la barrera.

"¡Entra.. de una... VEZ!"

Rikan clavó su espada en el suelo con la otra mano y comenzó a tirar en sentido contrario como si la vida le fuera en ello.

"¡ME... NIEGOO!"

Poco a poco su brazo fue escurriéndose entre las manos de Feliziel hasta que de un momento a otro sus caras acabaron de cara al suelo.

"Huff... huff... Dile a mi madre... que ahora vengo."
"¿¡Se puede saber a donde vas!?"

Rikan se giró, revelando la sonrisa llena de de determinación que tenia dibujada en su cara.

"Me voy a parar a unos idiotas antes de que se hagan daño."

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